En este libro el segundo arquitecto del Valle, Diego Méndez, hace una panorámica del proceso constructivo del monumento, y explica y justifica la función simbólica y memorial que Franco (“el Fundador”) quería imprimir al monumento, cuyo destino era la eternidad: “en él debía latir el pulso de la Patria con una profundidad y con un símbolo espiritual superior al del recuerdo de un episodio, por muy alta que fuera su grandeza”. En este sentido, el autor conecta el Valle con  el Monasterio de las Huelgas en Burgos (construido para “conmemorar el hecho glorioso de las batallas de las Navas de Tolosa”) y el Monasterio de El Escorial (“que lo sueña Felipe II para que fuese un himno de triunfo de San Quintín”).

Para ello se vale de una abundante y variada documentación, que incluye las planimetrías del monumento. Con este fin el libro se estructura en las siguientes capítulos: I.- Itinerario histórico; II.- Mi relación con su Excelencia el Jefe del Estado; III.- Iniciación de los trabajos (1949-1959); IV La entrada en el Vale; V El acceso a la Basílica; VI.- La Basílica en la roca; VII.- La gran nave principal; VIII.- El crucero y el altar mayor; IX.- La cruz monumental; X.- La aportación escultórica; XI.- La plaza posterior y el gran claustro; XII.- El monasterio y la orden benedictina; XIII.- El centro de estudios sociales y la hospedería; XIV.- Entorno forestal del monumento; XV.- El esfuerzo humano; XVI.- Las cifras del monumento del Valle de los Caídos.